- ES-28079-AGP/RA-2922742
- Persona
- 1430-1511
Financiero, político y militar castellano de ascendencia judeoconversa
Financiero, político y militar castellano de ascendencia judeoconversa
Verdes-Montenegro Castro Bahamonde, Fernando
Caballero de Calatrava (1717)
Fue el Papa nº 240 de la Iglesia Católica.
Era hijo de Livio Odescalchi, patricio de la ciudad de Como y de su esposa Paola Castelli, una familia de comerciantes de Bérgamo.
En 1640 el papa Urbano VIII lo nombra protonotario apostólico participantium, y dos años después referendario de los tribunales de la Signatura Apostólica de Gracia y de Justicia. El papa Inocencio X le designó clérigo de la Cámara Apostólica y más tarde presidente de la misma, comisario de Ancona, gobernador de Macerata, comisario financiero de la región de la Marca de Roma y gobernador del Piceno.
En 1645 el papa Inocencio X lo nombró cardenal diácono de San Cosme y Damián. Dos años después fue designado prefecto del tribunal de la Signatura Apostólica de Gracia y en 1658 legado en la ciudad y territorio de Ferrara, cuando en esta zona estaba asolada por una severa hambruna. El papa lo presentó como el "padre de los pobres".
En 1650 Odescalchi es consagrado obispo de Novara, posición desde la que gastó todos los ingresos de la sede para ayudar a los pobres y enfermos en la diócesis. Con el permiso del papa renunció al cargo en 1656. Ya en Roma fue consultor de diversas congregaciones y en 1659 cambió su título cardenalicio por el de San Onofrio . El año siguiente fue nombrado camarlengo del Colegio Cardenalicio.
Participó en los cónclaves: de 1665, de 1667 y de 1669-1670, siendo vetada en este último su candidatura al papado por Jean-François Paul de Gondi, cardenal de Metz con el título de S. Maria sopra Minerva, en nombre de Luis XIV de Francia. Participó en el de 1676, en el cual fue elegido papa.
Fue elegido en el cónclave de 1676.
Herrera Lormendiz, Juan Antonio de
Díaz de Lavandero Martín, Mateo Pablo
Caballero de la Orden de Santiago
Rodríguez de los Ríos Ledesma Bernal, Francisco
Residente en Madrid
Hijo de Juan de Morales.
Receptor de penas de cámara. Receptor de los bienes de moros y moriscos del reino de Granada.
Arrendandor y fiador de la masa de las alcabalas y tercias de Castilla (1432-1434)
Contador y tesorero de la Real Casa de Burgos.
Juan II le permite realizar una donación a su hija, Isabel Vaca, en juro de 2.000 maravedíes sobre las alcabalas de San Miguel del Pinto. Posteriormente, su hija lo cederá al convento, al entrar en el convento como monja.
En 1444 Juan II dona 71 florines de oro al monasterio de la vega en las alcabalas del grano de León, por renuncia de Diego Hernández de León.
Tesorero de la Casa de la India en Lisboa
Caballero de la Orden de Santiago
Hijo de Juan Ortiz de Leyva y Guzmán y de su esposa Ana de Jaén y Ávila.
Caballero de la Orden de Santiago y de la Orden de Alcántara
Conde de Molina de Herrera (I). Villacastín (Segovia), c. 1562 – Madrid, 31.VII.1637. Tesorero general del reino, miembro de los Consejos de Hacienda e Indias y representante en las Cortes de Castilla.
Miembro de la Orden de Santiago.
Nació en el seno de una familia noble, dedicada a la cría de ganado ovino y al comercio de la lana, y varios de sus antepasados ocuparon altos cargos en el Honrado Concejo de la Mesta. Fueron sus padres Pedro Mejía de Tovar, natural de Villacastín, y Catalina Mejía, natural de San Martín de Valdeiglesias.
En 1591 accedió provisionalmente al cargo de tesorero general del reino, de la mano de Bartolomé Portillo de Solier, su suegro, hasta que llegara de Flandes el recién nombrado tesorero Juan de Lastur. El fallecimiento de Bartolomé Portillo y la renuncia de Juan de Lastur, al poco tiempo de llegar a España, facilitó su continuidad en el cargo —prórroga tras prórroga— hasta el 5 de diciembre de 1598, fecha en la que fue nombrado oficialmente por Felipe III, con la condición de alternarse en el cargo cada dos años con Juan Pascual, también nombrado tesorero general. Un mes más tarde, fue distinguido por el Rey con el hábito de caballero de la Orden de Santiago.
Apenas había terminado de instalarse la corte en Valladolid, cuando fue designado miembro del Consejo de Hacienda (2 de julio de 1603), con un salario de 450.000 maravedís, cediendo el puesto de tesorero a su pariente, Jorge de Tovar.
Pedro Mejía de Tovar fue en repetidas ocasiones representante en las Cortes de Castilla por las ciudades de Salamanca y Toro. Cuando las Cortes del reino se reunieron en Madrid (18 de noviembre de 1625) para votar si daban su consentimiento a la venta de villas y lugares, hasta sumar veinte mil vasallos, con el fin de sanear la Hacienda Real, se contó, entre los diecinueve representantes que lo aprobaron de un total de treinta y un miembros, el voto de Mejía de Tovar, que era representante por la ciudad de Toro.
Poco después (1627), obtuvo el título de conde de Molina de Herrera, y renunció al de vizconde de Tovar que ya poseía. A finales de ese mismo año, compró la jurisdicción y señorío de Canillas (Madrid) y Monterrubio (Segovia), término lindante con el de Villacastín, donde los Mejía de Tovar tenían sus casas principales, donde tradicionalmente venían ocupando las regidurías concejiles y donde el mismo Pedro tenía doce mil setecientas cincuenta y cuatro cabezas de ganado lanar, con sus corrales, casas de esquileo y almacenes de lana. Por este tiempo fue nombrado mayordomo del cardenal infante don Fernando, hermano de Felipe IV, y en 1632 asistió, en compañía de sus hijos, a la jura del príncipe Baltasar Carlos. En 1637 fue nombrado consejero del Consejo de Indias.
Antonia de Solier Bernaldo, primera esposa de Pedro, falleció (30 de diciembre de 1608) sin dejar descendencia. Fue enterrada en la iglesia parroquial de Villacastín, donde desde 1551, la familia Tovar tenía fundada y costeaba una de sus capillas.
Pasaba de los cincuenta años cuando contrajo matrimonio con Elvira Clara de Paz, descendiente de una distinguida familia salmantina, que le dio tres hijos: Catalina, fallecida en su tierna infancia, Pedro (1614) y Antonio Francisco (1617), que pronto recibieron el hábito de caballeros de Alcántara y Calatrava, respectivamente, en reconocimiento de los méritos de su padre, aunque necesitaron —y obtuvieron— sendas bulas del papa Gregorio XV, por contar ambos sólo seis años en el momento de su nombramiento.
Falleció en Madrid y sus restos se trasladaron a Villacastín para ser enterrados junto a los de su mujer Elvira Clara, fallecida en 1628, en la cripta del Convento de Santa Clara, fundado y levantado junto a sus casas, en unión de su pariente Juan de Pedraza.