La Bailía General de Valencia, creada tras la conquista de Jaime I, fue sustituida por el Intendente General del Ejército a partir de la abolición de los fueros en 1707. En 1814, se modificó la organización administrativa con la desaparición de la Intendencia General, y reemplazada por la Bailía General de Valencia, que incluía una contaduría, así como jurisdicción privativa. En 1865 fue suprimida definitivamente, y el patrimonio fue siendo progresivamente desamortizado.
El patrimonio se componía de gran número de propiedades inmuebles y raíces entre las que destacaban el palacio real de Valencia, la Albufera (“el lago de la Albufera”), la acequia real de Alcira, el “pantano” de Alicante (a partir de 1739) y diversos inmuebles en Valencia y otras localidades.
Además de numerosas fincas rústicas repartidas por todo el reino, debe destacarse el cobro de importantes impuestos (tiraje, lezda de tierra y de mar, diezmos, derecho de cops, almudinage, etc.), así como monopolios sobre pesos y medidas, derechos de escribanía, etc.
La Bailía General de Valencia es la administradora de los derechos y rentas del patrimonio real y además tiene la presidencia de los bailes locales, por lo tanto, la documentación conservada es la generada por el gobierno y administración tanto de la Bailía General como de las Bailías de Alcoy, Almusafes, Alicante, Alcira, Onteniente y Murviedro (Sagunto).
Se trata de expedientes de arrendamientos de los bienes inmuebles pertenecientes a la Corona, títulos de propiedad, así como expedientes relacionados con la recaudación de derechos y monopolios. También se conserva documentación del Palacio Real de Valencia, obras y personal, y contabilidad.